sábado, 4 de junio de 2011

De la Televisión, la Diversidad y otros monstruos de los pedagogos.


Continuación de un comentario en un blog que me inspiró.

Qué fácil y qué sencillo es eso de culpar a la "tele" de todos los males sociales, como si fuera algo que procediera de un mandato divino, la televisión no es más que un reflejo de la sociedad, y no a la inversa, tenemos la tele que deseamos tener, pues esta se organiza en función del consumo, por lo tanto nadie nos impone un modelo de programación, somos nosotros quienes cambiando de canal o viendo unos u otros programas decidimos qué tipo de televisión queremos tener.

En cambio un modelo educativo sí que es una imposición de un gobierno que condiciona a una sociedad (no determina), puedo elegir qué programas veo en la tele pero no qué materias ni qué carga horaria voy a estudiar en la ESO o la manera de estudiarlas, o evitar el hecho de que personas que no desean estudiar una carrera (y que a los 14 años tienen claro que quieren ser albañiles o camioneros) estén obligados a estar "encarcelados" hasta los 16 años sin poder meterse en el módulo que desean y por lo tanto se aburran e interrumpan constantemente la clase impidiendo el derecho a aprender de aquellos que sí desean ir a la universidad.

Los que argumentan que la televisión es el origen de todos los males son los mismos de siempre, los seguidores de la “Pedagogía de la Ignorancia”, los de cómo aprender a no aprender nada, enseñar sin enseñar o de manera más colorista, los sabios del “Pinta y Colorea”.

“Niños, hoy en lugar de hacer un examen vamos a hacer una dinámica”. Si ese es el mejor sistema ¿Por qué luego mantenemos rigorosas oposiciones, MIR, másters, postgrados, etc, y no elegimos a nuestros jueces, a nuestros médicos y a nuestros docentes haciendo una dinámica?

¿Es qué pensamos que podemos educar a los ciudadanos sin que tengan que hacer exámenes, sin que sea necesaria la memorización, pintando, coloreando, y jugando con los videojuegos pedagógicos y luego una vez hayan alcanzado la madurez biológica (intelectualmente siguen siendo niños), pedirles que se enfrenten a un mundo en el que para estudiar cualquier carrera es necesario “memorizar” y “hacer exámenes” y para conseguir un buen trabajo hay unas cosas horribles llamadas oposiciones donde lo único que se te pide es que “memorices” mucho y más que un profesor seas un superdotado de la memoria y un pedazo de actor capaz de interpretar el papel de su vida en media hora delante de un tribunal que se fijará más en el encanto de tu lenguaje no verbal más que en el contenido de tus palabras.

Lo ideal es que para llegar a ser médico me hicieran una adaptación curricular en la carrera, o mejor aún, que pudiera sacarme medicina por “diversificación”. Habrá quien opine que comparar la ESO con la universidad es una aberración, y estoy de acuerdo, lo es, igual de aberrante es pensar que una educación básica obligatoria debe ser igual para todos, sin tener en cuenta precisamente la tan denostada “diversidad”.

Diversidad no es hacer una línea para “alumnos torpes”, diversidad es que a los 14 años, la edad en la que muchos ya tienen claro que no quieren ir a la universidad puedan elegir otras vías profesionales y no aguantar dos años más de geografía, biología, literatura o inglés. Lo cual no significa que no se les deje la puerta abierta para poder volver a estudiar dicha rama (porque en la FP también se estudia) en el futuro si así lo desean.

Todo el mundo sirve para algo, pero no todos sirven para estudiar, de la misma manera en que no todos podemos ser campeones olímpicos ni futbolistas profesionales. ¿Sería bueno un sistema que nos obligara a todos a practicar el mismo deporte sin contar con nuestros gustos o capacidades? Puedo ser un tenista excelente pero un nadador mediocre, con el sistema actual pretendemos que todos se metan en el agua, y a los que no nadan bien en lugar de sacarlos de la piscina y darles un balón, o una raqueta lo que hacemos es obligarles a seguir nadando pero eso sí, con unas aletas de goma y reduciéndole el número de largos, y si aun así no llegan a la meta, les hacemos una adaptación, esto es, les ponemos una botella de oxígeno y los amarramos por la cintura con una cuerda de la que el resto de los compañeros tienen que tirar. Ese es el concepto de “diversidad” de nuestros días, el que nos han impuesto los pedagogos de la ignorancia.

Como dijera Goya en su tiempo: “El sueño de la razón produce monstruos”. ¡¡Y menuda cantidad de monstruos que hemos creado con la LOGSE y la LOE!! Unos monstruos con dientes de masa ignorante, hambrienta y desencantada que se alimenta de fútbol y se alcoholiza cada fin de semana, una masa que nos devorará a todos.

¡Qué el martillo de Thor derrumbe los pilares de esas fábricas de monstruos y que los escombros caigan sobre los pedagogos de la ignorancia que los engendraron! Tardaremos generaciones en reconstruir lo que esos asesinos de la cultura destruyeron, si es que lo logramos algún día…

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