Insulto a la inteligencia.

Parece mentira que en este blog tenga que escribir lo obvio, lo que todo el mundo sabe, pero escuchando las declaraciones de algunos de nuestros políticos no me queda otra opción que indignarme y pedirle una vez más a Thor que les lance su martillo por insultar de una forma tan oscena nuestra inteligencia. A menudo no sé si es que nos consideran idiotas o que ellos mismos son tan zafios que han perdido todo contacto con la realidad.

Resulta que oigo de José Blanco que Zapatero ha sido el mejor socialista que se haya conocido. ¿Cómo alguien en su sano juicio podría realizar tal afirmación? ¿Acaso no se da cuenta del daño casi irreversible que tal afirmación está produciendo en su propio partido y a todo aquel que muy dignamente se considere socialista? Pues si ZP es el mejor socialista ¿cómo será el peor? Desde luego que tal afirmación no deja de ser un insulto que los socialistas honrados no deberían tolerar. Pero bueno, diré ahora lo que es obvio y lo que al parecer los más ilustrados analistas, periodistas y otros individuos a los que según la moda anglosajona o norteamericana han venido a llamar "think tank" no se atreven a decir y yo como no tengo nada que perder me aventuro a afirmar sin miedo, porque creo que es vox populi, y si la lógica o una catarata de acontecimientos inesperados no lo remedia sucederá en este país:

1. El PP ganará las elecciones con mayoría absoluta produciéndose la debacle electoral del PSOE más grande de la historia.
2. El PP ganará por primera vez las elecciones en Andalucía.
3. Zapatero no se presentará a las próximas elecciones generales y en su lugar se presentará Rubalcaba, el cual desde hace tiempo quiere abandonar la política, y por lo tanto con la tranquilidad de que va a perder las elecciones servirá de chivo expiatorio o cabeza de turco que permita conjurar los males de ZP en su persona evitando así sacrificar a un político que aspire a tener una carrera en el futuro.
4. Las duras reformas que a destiempo y mal ha emprendido el PSOE ocasionándole una ola de descontento pese a la necesidad de las mismas darán su fruto en la época del PP el cual se arrogará los buenos resultados, aún cuando no haya hecho nada más que continuar con la política obvia e impopular emprendida por el PSOE, pero que este no ha sabido gestionar, habiéndolo hecho mal, tarde, de forma errática, a destiempo, con improvisación y a golpe de mandato de Washington y la Unión Europea.

Hala, aquí está mi predicción que por obvia y razonable parece una revelación para aquellos que han perdido el norte y que se han desconectado completamente de la realidad como le sucede a nuestro amigo José Blanco.

Tan solo recalcar otro hecho incontestable, el PP está copiando el discurso político de UPyD de buscar mayor coherencia y coordinación en el despilfarro incontrolado y sin límites de las autonomías, esa jaula de grillos y corrupción plagada de parásitos del sistema como son las diputaciones provinciales que viven a costa del erario público.

La población ya está harta y exige una reorganización del Estado autonómico en la que sin renunciar a sus ventajas se termine de una vez el traje institucional y se equiparen todas las autonomías con unas mismas competencias y unos límites en el gasto, unos organismos de control y el cierre definitivo de conseguir más competencias, para poner fin al chantaje continuado. Pues bien, el PSOE reaccionó ante los aplausos obtenidos por el PP al imitar el discurso de UPyD y ha hecho hincapié en la necesidad de "coordinar" al tiempo que defender de forma desmedida una forma de sistema autonómico que dista mucho del modelo original y que ha envenenado de nacionalismo al PSOE de manera que ya no se puede hablar de un Partido Socialista Obrero Español, sino de un Partido Socialista Nacionalista de Cataluña, País Vasco, Andalucía, Comunidad Valenciana, Baleares, etc.

Los políticos en su sistema feudal de dádivas, intercambios, favores y transferencias se han desconectado de la realidad, de una sociedad que roza los 5 millones de parados y que está asqueada de nacionalismos, de banderitas y de debates absurdos, de una sociedad que exige el retorno del sentido común, la razón y el pragmatismo.